El terror, pánico que causa entre las huestes y cultura priista de
permitir la revocación del mandato Constitucionalmente, es lógico en sus
canones de comportamiento político. La conducta caprichosa y poco
loable de Chuayffett, también expresa la ausencia de visión de Estado en
un proyecto de gobierno, sino el proyecto de reinstalación del “ancient
regime” como respuesta a la incapacidad de la oposición en su conjunto
de transformar al país.
La revocación de mandato, no es nada novedoso, existe en las grandes
democracias, principalmente en una de las más grandes como Estados
Unidos de Norteamérica, donde este procedimiento ha sido aplicado,
principalmente en las alcaldías. La manera es muy simple y funciona como
un refrendúm. Un porcentaje de la lista nominal de electores por ley
promueve el recurso y, la autoridad electoral tienen la obligación de
citar a la consulta sobre la revocación del mandato del gobernante; es
decir, aparta de las perversiones políticas la separación del cargo a
los malos funcionarios públicos electos popularmente.
Me pregunto qué sería de Larrazábal, Moreira, o aquí en Edomex tanto
de los pasados como del actuales alcaldes, estarían en serios aprietos.
Pero hay una máxima en el PRI que les impide acceder a
esta reforma y dice así: “el ciudadano vota pero no decide”, es decir
la ciudadanía es vista como un cliente u objeto manipulable, que es como
han logrado sostenerse en el PODER el PRI.
La no conveniencia de aprobar la revocación del mandato implica, lo
saben bien los priistas, el veneno inmediato para su destrucción
inminente en un futuro. El que hoy con bombo y platillo, digan que van a
ganar las elecciones próximas presidenciales, no implica que de ser
así, van a omitir regresar a las antiguas prácticas. Los municipios del
Edomex muestran claramente este comportamiento y les aseguro que de
existir la figura ya andarían muchos Alcaldes, prepotentes, corruptos e
ineficientes poniendo “sus barbas a remojar” por el enojo en que tienen a
los ciudadanos.
La REVOCACION DE MANDATO, no es más que una figura
de equilibrio entre el poder público y la ciudadanía, obliga a devolver
al pueblo el Poder del que bien decía Rousseau, reside originalmente en
la población y tienen el inalienable derecho de decidir su forma de
gobierno. Así que la mística priista en este aspecto, es impedir que el
ciudadano decida, ese es todo el problema.
Causan risa los priistas que en twitter intentaron defender la conducta de Chuayffett ante su oposición grotesca a la REFORMA, callaron sus voces ante argumentos sólidos, tratando de defender lo indefendible; pero, como siempre, pierden el debate pero ganan la votación, hasta que el DESTINO LOS ALCANCE, tarde o temprano.
¿Quién es Rubén Mendoza Ayala?
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